17/2/10
La comunicación intercultural y sus elementos.
Mongrafia Comunicacion y Desarrollo
Comunicación Intercultural.
La comunicación intercultural y sus elementos.
Por ello es que trataremos de abordar el concepto de la comunicación intercultural y los elementos que la constituyen como hecho eficaz de comunicación. Para lograr esto dividiremos el trabajo en un acercamiento a las definiciones de Comunicación y Cultura, para luego avanzar sobre las nociones de Competencia intercultural, Competencia cognitiva y Competencia emotiva, esta estructura esta basada en el texto de Miquel Rodrigo Alsina Espacios de la interculturalidad. (Elementos para una comunicación intercultural).
La comunicación.
Considere que la ‘fuente’ y el ‘codificador’ son una persona, que el ‘decodificador’ y el ‘destinatario’ son otra y que la señal es el lenguaje y usted estará hablando de comunicación humana.”
(Fernández Collado; Galguera García, 2008:16).
Como existen diferencias entre las culturas, siempre existe el riesgo de que la concepción del mundo o de la realidad que caracteriza a una cultura entre en conflicto con otra…la manera de manejar o resolver los conflictos presentes o futuros de este tipo presenta un reto formidable para la comunicación intercultural.” (Fernández Collado, Galguera García, 2008:181)
Toda comunicación humana posee implicaciones afectivas, emocionales y culturales, se instituye en “todos los aspectos de la vida humana, es universal” (Fernández Collado, Galguera García, 2008:181).
La cultura
“Esta tierra es hermosa.
Así como precisar el concepto comunicación una labor dificultosa, definir un concepto como cultura resulta también una tarea difícil de emprender. McEntee, 2005:161-162).
Esto explica porque no se puede concebir cultura sin sociedad, pero cómo aclara Mc Entee citando a Kroeber “la afirmación contraria, que no puede haber sociedad sin cultura, es cierta para el hombre…Para las demás especies existen sociedades pero no cultura… Podemos definir a la cultura, entonces diciendo que es lo que la especie humana tiene y que a las demás les falta…las culturas son producto de las sociedades humanas y operan bajo la influencia de las culturas que heredaron de sociedades anteriores.” No hemos escogido estos tres fenómenos al azar: no solo son los fenómenos constitutivos de cualquier cultura (junto con la aparición del lenguaje verbal articulado), sino que, además, se los ha elegido al mismo tiempo como objetos de estudios semioantropológicos que tendían a mostrar que la cultura por entero es un fenómeno de significación y de comunicación y que la humanidad y sociedad existen solo cuando se establecen relaciones de significación y procesos de comunicación.
Esas dos hipótesis son: (i) la cultura por entero debe estudiarse como fenómeno semiótico; (ii) todos los aspectos de la cultura pueden estudiarse como contenidos de una actividad semiótica. La hipótesis radical suele circular en sus dos formas más extremas, a saber: “la cultura es sólo comunicación” y “la cultura no es otra cosa que un sistema de significaciones estructuradas”
Esas dos fórmulas son sospechosas de idealismo y deberían reformularse así: “la cultura por entero debería estudiarse como un fenómeno de comunicación basado en sistemas de significación”. La cultura puede ser mejor interpretada desde “puntos de vista semióticos”.
Para Fernández Collado y Galguera García (2008), cada sistema simbólico que se comparte, cada sistema de relación, cada sistema de creencias y valores configuran elementos comunes de cada grupo social, sin embargo estos elementos comunes son únicos en cada cultura; los pueblos difieren en sus usos y costumbres en su lenguaje y sus manifestaciones del uso de la comunicación no verbal, estas diferencias son inadvertidas solo hasta que se evidencian con algún miembro de otra cultura que hace contacto con el grupo social. Las competencias son adquiridas desde el nacimiento y son transmitidas por generaciones, esta difusión y continuidad de una cultura es lo que favorece su persistencia a través del tiempo, “la cultura (menciona Eilen McEntee) se caracteriza por la receptividad. También significa que la cultura está abierta a recibir elementos culturales de otras culturas.”
La comunicación intercultural
“Dicen que cada cosa
es distinta entre sí
distinta a todo lo demás.
La identidad.
Galguera García y Fernández Collado (2008) advierten nuevos paradigmas de comunicación, ven que vivimos en una actualidad que se muestra en un contexto de realidad complejo y dinámico, donde se habla de comunicación global, de la otredad, y de lo “inter” como medios inclusivos de comunicación.
(Rodrigo Alsina, 1997:13)
Podríamos decir, que la comunicación intercultural es un proceso de interacción, de cooperación, de intercambio de información cognitiva y emotiva entre individuos que detentan diferentes culturas, es un encuentro que hace referencia al entendimiento.
Sobre las competencias.
En adelante este texto abordará las competencias que hacen adecuados los modos, las maneras y las actitudes en la comunicación intercultural para que ésta se desarrolle de manera efectiva, por ello el término competencia cobrará importancia significativa apoyándonos en lo postulado por Miquel Rodrigo Alsina referido a las competencias, abordaremos el concepto de la comunicación intercultural perfilando a las competencias como elementos que la hacen eficaz.
Sobre la competencia intercultural.
Miquel Rodrígo Alsina cita a Chen y Starosta que definen a la competencia intercultural como la “…habilidad para negociar los significados culturales y de actuar comunicativamente de una forma eficaz de acuerdo a las múltiples identidades de los participantes” (Rodrigo Alsina,1997:13), sin embargo aclara que para la teoría de la comunicación humana, la comunicación perfecta, inclusive entre hablantes de una cultura compartida es compleja, ya que los mensajes emitidos pueden aproximarse o coincidir muy poco con los que reciben los mensajes, advierte que no toda interpretación es la adecuada para una comunicación eficaz.
Prestando atención sobre esto Fernández Collado y Galguera García ofrecen el modelo de homogeneidad- heterogeneidad propuesto por Sarabaugh, los principales puntos a observar en este modelo son “la atención a las operaciones de los principios básicos de la comunicación en los diferentes niveles de inter/ intracultura, y la clasificación de los actos de comunicación de acuerdo con los diferentes niveles de comunicación intercultural” (Fernández Collado, Galguera García, 2008:176), este modelo expone un “nivel subjetivo” que se refiere al nivel en que un sujeto se percibe similar o diferente a otro, y un “nivel objetivo” que hace mención al nivel en que dos o más sujetos son vistos como similares o diferentes. La comunicación homogénea es más efectiva que la heterogénea.
La comunicación efectiva entre individuos los lleva a una mayor homogeneidad de conocimiento, actitudes y conducta.
La comunicación más efectiva ocurre entre individuos que son homogéneos en ciertas variables y heterogéneos en otras.
(Fernández Collado, Galguera García, 2008:176-177)
Por su parte el modelo de la Comunicación con extraños sostiene que cuando una persona se comunica con un extraño, el proceso básico de la comunicación es el mismo, pero si uno de ellos pertenece a otra cultura, entonces, es pertinente prestar atención a las conductas que estarán regidas por su contexto cultural. Este modelo presta primordial atención a la “dinámica interpersonal del encuentro”, basado en que existen probabilidades de que durante el encuentro sobrevengan dificultades y fallas en la comunicación. “Sentimiento de impotencia”, pues los individuos, en estos contextos, se ven imposibilitados de desarrollar la comunicación eficazmente.
(Fernández Collado; Galguera García, 2008:187)
A partir del conocimiento de estos apartados, se puede elaborar una suerte de plan de propuestas con el fin de ampliar las competencias para una comunicación intercultural eficaz. Fernández Collado y Galguera García además de referirse al fenómeno de Choque cultural sugieren otros requisitos , en primera instancia mencionan el Evitar las generalizaciones en relación a otras culturas a no ser que sean completamente familiares, los encuentros interculturales tienen la característica de permitir el estereotipo, la comunicación intercultural se basa en las divergencias entre los individuos, por ello es importante poder sobrepasar estas generalizaciones y atisbar las diversidades y complejidades de las culturas. Resulta decididamente necesario ocuparse de las competencias interculturales al memento del proceso de comunicación. Como advierte Miquel Rodrigo Alsina: “para comprender al otro hay que comprender, en primer lugar, su incomprensión” (Rodrigo Alsina, 1997: 14) esta cita, nos marca sendero para continuar sobre la competencia cognitiva.
Sobre la competencia cognitiva.
Cuando se habla de competencia cognitiva, se está hablando sobre el conocimiento de los intercambios comunicativos y las particularidades culturales propias, se está hablando del proceso de re-conocimiento de nuestros contextos culturales; todo grupo, todo individuo, posee una representación interna acerca del mundo, esta percepción está organizada de acuerdo a los punto de vista culturales que se manifiestan en, creencias, actitudes y valores; es decir que, cuando se habla de competencia cognitiva, se sugiere, como lo hacen, poseer “Conocimiento de la propia cultura” (Galguera García, Fernández Collado,2008: 187), pues si los individuos están al tanto de sus bases culturales, esto abre camino para la realización de una comunicación eficaz; el hecho de conocer la propia cultura ofrece un margen de posibilidades para ser más receptivos con otras realidades culturales, que no necesariamente deben coincidir con la identidad cultural que decantan.
E. McEntee aproxima una definición de “aprendizaje cultural” (McEntee, 2005:64) como el proceso de amoldarse para entender y absorber los valores y costumbres de la cultura anfitriona, señala que durante el proceso del aprendizaje cultural se observan y analizan las características importantes de otras culturas, se las conoce y se las comprende, pero al mismo tiempo involucra la comprensión y el conocimiento de uno mismo y de su propia cultura. Esto cobra especial importancia y resulta ventajoso al momento de ejercer la comunicación intercultural, pues es en los encuentros interculturales cuando advertimos características culturales propias, que generalmente nos pasan inadvertidas.
Conocer nuestra propia cultura permite dar paso a la sensibilidad ante otras realidades culturales, aquí es que se inscribe el método de cultura general, este método postula el conocimiento de la propia cultura y su propósito principal consiste en capacitar para la interacción con culturas diversas. (Fernández Collado; Galguera García, 2008:187)
Rodrigo Alsina advierte sobre esto que “pensar de nuevo nuestra cultura desde la perspectiva de otra cultura puede ser un ejercicio muy estimulante y enriquecedor que nos permitirá tener una mejor conciencia de nosotros mismos. Cit.), pues bien, si para conocer nuestra cultura es necesario observarla desde las perspectivas de otras culturas, y es importante cultivar la receptividad al momento de afrontar el encuentro con una cultura diferente, es pertinente por tanto tener en cuenta el Método de cultura específica (Fernández Collado, Galguera García, 2008:187), este método centra sus premisas en el conocimiento de una cultura particular y tiene como objetivo el predisponer a las personas para responder asertivamente a ciertas realidades en una cultura determinada. (McEntee, 2005:182)
Gran parte de nuestra conducta está condicionada a través del lenguaje, este, manifiesta los distintos códigos sociales y culturales. (Fernández Collado; Galguera García 2008:247)
José Luis Aguirre Alvis expresa que la comunicación es vital para la realización de un encuentro intercultural, entendiendo, en este caso, la comunicación como el hecho de que “las culturas en relación busquen un hacer común más que el sólo contacto” (Aguirre Alvis, 2009:10), advierte que los significados son parte del fenómeno comunicativo en las culturas, ya que todo lo que se produzca, realice, piense e interprete contendrá significado. El significado está manifestado por la cultura y “forma parte de un todo coherente, de un sistema, cuando se enfrentan dos culturas se están enfrentado dos sistemas de códigos distintos.”
La comunicación no se limita al intercambio de mensajes; es principalmente una producción de sentidos.
Sobre la competencia emotiva.
Cómo vimos hasta ahora, cuando la comunicación intercultural se produce de manera eficaz, es posible encontrar infinidad de virtudes en el proceso del encuentro intercultural. Rodrigo Alsina nuevamente acude a los argumentos de Chen y Starosta para definir a la competencia intercultural emotiva, y la definen como el momento en que las personas tienen la cualidad de expresar y recibir “respuestas emocionales positivas antes, durante y después de las interacciones culturales” ” (Rodrigo Alsina, 1997: 18).estas correspondencias emotivas son un factor importante en la comunicación en general, pero tienen particular relevancia en la comunicación intercultural.” (Rodrigo Alsina, 1997: 18), “La atracción hacia lo intercultural nos obliga a estar dispuestos a cambiar.”, Escuchar activamente en un encuentro de comunicación cocultural.
Ser conscientes de nuestro propio etnocentrismo. (Fernández Collado, Galguera García, 2008: 186)
Rodrigo Alsina menciona que según Tzvetan Todorov lo intercultural es el sostén de lo cultural, la evolución de la cultura solo es posible a través de contactos interculturales. Comunicación sin identidad: las caras de una Latinoamérica con sellos culturales propios. “Adiós a Aristóteles: la comunicación horizontal”. “Dos hipótesis sobre cultura” en Tratado de semiótica general, Barcelona: Lumen, 2000.
Fernandez Collado, Carlos y Galguera García, Laura. La comunicación humana en el mundo contemporáneo, México: Mcgraw-Hill/international editores, 2008.
McEntee, Eileen. Comunicaión intercultural (bases para la comunicación efectiva en el mundo actual), México: Mcgraw-Hill/international editores, 2005.
Newman, Jhon B. “Porqué es necesario definir la comunicación” en Comunicación y cultura, Bs. Ediciones Nueva Visión, 1984.
Rodrigo Alsina, Miquel. (Elementos para una comunicación intercultural)”. “La matemática de la comunicación” en Comunicación y cultura, Bs. “Hacia una sociología de la cultura” en Cultura, Sociología de la comunicación y del arte, Bs.
LA DIVERSIDAD
Monografia Comunicación y Desarrollo
ABSTRACT
De cerca, los conceptos y términos se exponen desde la vertiente de la Comunicación y Desarrollo, asumiendo “la valoración del hecho dialógico en condiciones de diversidad” (Aguirre, 2009:1), encaminado a reconocer, valorar y respetar la diversidad cultural, “como referentes de la acción comunicativa” (op.cit).
JUSTIFICACIÓN.
La monografía contiene un acercamiento crítico y teórico de índole correlacional, sobre la diversidad en distintos ámbitos, especialmente, en el de la comunicación intercultural, entendiendo comunicación como “base de la vida organizada” en palabras del Docente de la asignatura Comunicación y Desarrollo, José Luis Aguirre, y la comunicación intercultural como “la comunicación entre aquellas personas que poseen referentes culturales tan distintos que se autoperciben como pertenecientes a culturas diferentes” (ALSINA, 1999:12). En ambos casos la diversidad está involucrada transversalmente a los componentes social, cultural, económico y político, y es base de la acción comunicativa.
Claramente, en las indagaciones consultadas, la diversidad busca situaciones dialógicas anteponiendo reflexiones sobre los riesgos por los que atraviesa actualmente, junto a la diferencia cultural, en las sociedades contemporáneas.
Asimismo, se aprecia la necesidad de movilizar recursos interculturales que despierten, inicien o sigan alternativas para un acercamiento, encuentro y entendimiento de la diversidad.
OBJETIVO GENERAL:
Conocer la diversidad desde el ámbito teórico y crítico vinculado al campo de la Comunicación y Desarrollo.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
Conceptualizar el término diversidad.
Asociar términos y postulados relacionados con la significación de diversidad.
Síntesis crítica sobre una mirada actual a la diversidad.
DE LA DIVERSIDAD.
Un sentido fuerte de diversidad puede ser entendido como “abundancia o pluralidad de expresiones culturales” (PRIETO, 2005:28-29). La cultura orienta y estructura la interacción y la comunicación de las personas al interior de este contexto histórico. Así se entiende que, para enfatizar en los comportamientos y expresiones culturales no debe olvidarse la diversidad cultural, y que, para disfrutar de ella “es necesario acariciar el sentido de unidad dentro de la diversidad y aprovechar nuestros programas culturales heredados. En la diversidad “el Otro es visto a partir de criterios clasificatorios que se ponen en práctica a través de comparaciones y diferencias que permiten establecer formas de jerarquización entre grupos, culturas, etc.” (AGUIRRE, 2006:16-17). En el mismo derrotero, abocado hacia el proceso comunicacional, una postura activa con respecto a la existencia y reconocimiento de la diversidad —individual, grupal y cultural—, del derecho a la diferencia, y también respecto a la promoción de espacios comunes para el diálogo y la solidaridad, plantea la detección de ruidos interculturales en el proceso de comunicación de masas, con el objetivo de constituir formación periodística intercultural, plural “que defienda la diversidad dentro de la igualdad de derechos y oportunidades” (ISRAEL, en SAMPEDRO y LLERA, 2003:135). Por tanto, es importante indicar cómo se muestra la diversidad cultural desde la Comunicación Intercultural , donde lo que se produce es un fenómeno de atribución identitaria. Sin embargo, en este tipo de comunicación lo primero que uno descubre, a decir de Alsina, es que las otras culturas son distintas (sea en un nivel de conocimiento superficial); y por otra parte, asume que en la cultura con la que cada uno se identifica también existen diferencias. En síntesis, estas aseveraciones anticipan la explicación de es el desarrollo humano e histórico el resultado del “carácter mestizo de nuestra cultura” (ALSINA, 1999:14), característica que en la actualidad de las sociedades posmodernas son denominadas: complejidad y diversidad.
El concepto de diversidad había irrumpido en 1992, en el artículo 128 del Tratado de Mastrique, en su apartado 1° que indica: “La comunidad contribuirá al florecimiento de las culturas de los Estados miembros, dentro del respeto de su diversidad nacional y regional…” (PRIETO, 2005:54-55). Otro documento relevante es la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural. “La riqueza cultural del mundo reside en su diversidad dialogante”, titula dicho texto cuyo contenido, eleva la diversidad cultural a la categoría de “patrimonio común de la humanidad”, además aspira a “preservar ese tesoro vivo, y por lo tanto renovable, que es la diversidad cultural, diversidad que no cabe entender como patrimonio estático sino como proceso que garantiza la supervivencia de la humanidad; aspira también a evitar toda tentación segregacionista y fundamentalista que, en nombre de las diferencias culturales, sacralice esas mismas diferencias y desvirtúe así el mensaje de la Declaración Universal de Derechos Humanos…” (UNESCO, 2002:1).
Entre otros textos conocidos —asociado a la diversidad de pueblos indígenas— está: el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reconoce la conservación de las instituciones sociales, económicas, culturales y políticas de los pueblos indígenas y tribales.
Esto significa la valoración de su diversidad étnica y cultural.
Continuando con la alusión, la indagación recaba las distinciones que el politólogo italiano Giovanni Sartori plantea respecto a su explicación de la diversidad, enmarcada en la discusión de las diferencias entre multiculturalismo y pluralismo. Razón de más para recordar con fuerza la existencia de identidades y diversidades” (PASQUALI op.cit.).
Ante dichos fundamentos, Fornet reclama la “dignificación de la diversidad cultural como fuerza real que ofrece ejes alternativos para que el mundo y la humanidad puedan encontrar un nuevo quicio, o si se prefiere, otros centros de gravitación para su desarrollo” (FORNET-BETANCOURT, en VIAÑA, et.al, 2009:10).
Por esa razón, García Canclini propone analizar el significado que para la diversidad cultural tiene el debate a cerca de si corresponde hablar de sociedad de la información o sociedad del conocimiento. Hace notar que las representaciones socioculturales están munidas de diferencias, de diversidad, y por ello requieren ser tomadas en cuenta junto y en la medida de sus condiciones y características propias.
(CUCÓ, 2008:96).
BIBLIOGRAFÍA:
AGUIRRE, José Luis, (2009). Comunicación sin identidad: Las caras de una Latinoamérica con sellos culturales propios. Charla Magistral en el XXX Encuentro de la Asociación Peruana de Facultades de la Comunicación Social (Apfacom), “Comunicación, Ciudadanía e Interculturalidad”.
Programa y Estructura de la Materia Comunicación y Desarrollo. Mimeo, La Paz.
Azul Editores. La Paz, Bolivia.
Innovaciones en comunicación y desarrollo. La Comunicación Intercultural. Antrhtopos, Barcelona, España.
Procesos interculturales: Antropología política del pluralismo cultural en América Latina. Siglo Veintiuno Editores, México.
BUBER, Martín, (2002). FLISAR, Evald, et, al,. (2008). FUNDACIÓN INTERED. Muela del Diablo editores, Bolivia.
En Revista de Cultura PENSAR IBEROAMÉRICA, Organización de Estados Iberoamericanos para le Educación, la Ciencia y la Cultura.
Diálogos con la obra de Jesús Martín-Barbero. Comunicación Intercultural. Bases para la comunicación efectiva en el mundo actual.
PASQUALI, Antonio, (2007). Comprender la Comunicación. SERVAES, Jan. (2002). Comunicaciones interculturales y diversidad cultural. Un mundo, muchas culturas. Ponencia presentada en la Conferencia Internacional “Relaciones Internacionales y Comunicación Intercultural”. Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación. Grupo Editorial Norma, Colombia.
Interculturalidad crítica y descolonización. Poemas.
La diversidad cultural y la paz. Disponible en: www.oei.es/cultura/diversidad_cultural.htm. Excepción y diversidad Cultural (versión provisional). Fundación Alternativas. Disponible en: www.oei.es/cultura/diversidad_cultural.htm. Educación, Diversidad y Cultura Democrática. Estudios sobre las culturas contemporáneas. Año/vol.IX, número 018. Disponible en: www.oei.es/cultura/diversidad_cultural.htm. Fecha de acceso: 6 de diciembre de 2009.
11/2/10
Apuntes en torno a la coyuntura política post elecciones presidenciales de diciembre de 2009
Franz Flores Castro[1]
En el presente trabajo, hacemos un acercamiento a la coyuntura política actual, a partir de describir las condiciones institucionales y discursivas de la política en las que se resolvió la crisis estatal, inaugurando un nuevo ciclo político que tiene en la nueva Constitución Política del Estado el marco institucional para el nuevo Estado y, en el MAS y los movimientos sociales, a sus actores más visibles. Por tanto, haremos un análisis de los resultados del proceso de transición estatal caracterizado por una aguda polarización política, que derivó en pungas y enfrentamientos facticos, discursivos y electorales, donde la política tuvo como escenarios: las calles, los medios de comunicación y las urnas. Finalmente veremos, cual es la situación de Chuquisaca en este contexto.
Uno de los primeros datos que nos debe llamar la atención, es que la polarización política que había caracterizado a la crisis estatal entre enero de 2000 y 2008, ha sido resuelta de manera que hoy el Estado vuelve a tener el suficiente poder y legitimidad como para generar cohesión y certidumbre social y política en torno a un proyecto de Estado que es la nueva CPE, lo que amplía su capacidad de ser el eje ordenador de la política en el país.
Esta crisis tuvo una resolución fáctica por que las fuerzas de oposición hoy carecen de capacidad real para ejercitar presión social y política sobre el gobierno. Sus sucesivos esfuerzos por tratar de postergar, encauzar, modificar o simplemente bloquear la política gubernamental por la vía del conflicto social fueron momentos que generaron agudas tensiones, que obligaron al gobierno a ir a la negociación, pero que en lo sustancial no pudieron generar una posibilidad de regreso a la situación anterior, a la de los años de la democracia pactada. Las diversas coyunturas de referéndums autonómicos, el ataque a instituciones estatales, el bloqueo a las sesiones de la Asamblea Constituyente, fueron momentos de punga fáctica, casi militar, de toma de posiciones, donde el Estado parecía incapaz de poder ejercer el mando o que parecía estaba rebasado por fuerzas locales ligadas a los movimientos cívicos y prefecturales. Fue la acción combinada de las fuerzas gubernamentales y de los movimientos sociales, lo que lograron detener un proceso y servir de apoyo a un gobierno que en algunos momentos parecía que perdía el control de la situación.
En ese marco, la oposición jugó un rol mucho más efectivo, es decir, con mayor capacidad de efecto político, en el seno del Poder Legislativo, en la cámara de senadores, donde tenía mayoría. Fue una situación inédita, desde la UDP, de “gobierno dividido”(Mayorga) donde el poder legislativo no respondía a las directrices del poder ejecutivo y que utilizó éste poder para postergar o bloquear muchas de las iniciativas legislativas del gobierno, lo que se acrecentaba con la norma de dos tercios de votos para la aprobación de algunas leyes y designaciones. Ante esto el Gobierno recurrió a los decretos y a los cercos, para tratar de vencer esta barrera.
Otro elemento son los resultados electorales. La elección de 2005 representó el derrumbe y la caída de los partidos y los pactos políticos (“democracia pactada”) como forma de gobernabilidad política. A partir de 2005 la asistencia a la urnas no solo que ratifica la adhesión de la ciudadanía al gobernante MAS sino que se convierte en poderoso instrumento para restarle poder a la oposición. Así en las elecciones revocatorias de 2008 Evo Morales sube su caudal electoral en casi 10 puntos porcentuales y dos de sus adversarios como José Luis Paredes y Manfred Reyes son revocados, con lo que consolida su poder en la parte occidental del país y amplía en el oriente. Finalmente, en las últimas elecciones presidenciales convocadas en el marco de la nueva CPE, sube mucho más su apoyo logrando ampliar su capacidad hegemónica con dos tercios tanto en diputados como en senadores.
Todos estos procesos están enmarcados dentro de cierto “orden del discurso” (Foucault) cuyos elementos como la defensa de los recursos naturales, la relación entre estado central y regiones y la interculturalidad, son elementos discursivos que son jugados mejor y más rápido por los actores políticos del MAS, que logran situar esos temas en el campo discursivo boliviano. Si bien la oposición nunca negó la importancia de estos temas, trató de colocar también aspectos como modernidad y democracia que se condensaban en su propuesta autonómica. Este discurso dio indudablemente réditos políticos: una y otra vez se mostró a las autonomías como procesos contrarios a la concentración de poder y al autoritarismo del MAS. Sin embargo, una vez que este tema es introducido en la nueva Constitución y es asimilado por el MAS, que lo integra a su propio discurso, el MAS logra convertirse en el eje ordenador del proceso.
El resultado de todo esto es la aparición de un sistema de partidos nacional con partido hegemónico, el MAS, que sustituye al anterior sistema multipartidista moderado con tres partidos políticos (MNR ADN y MIR). Esta hegemonía es tanto electoral como legislativa: la situación de Gobierno dividido ha sido superada por que la oposición ya no tiene mayoría en la Cámara de Senadores y el MAS no necesita de alianzas o acuerdos ya que tiene dos tercios de votos, lo que le permite una mayor dinamicidad en la aprobación de leyes y de nombramientos.
Un tema pendiente es saber si continuará la “división vertical de poderes” (Mayorga) que genera una punga entre los prefectos de oposición y el gobierno central. En esa medida, las futuras elecciones para Gobernador y Alcalde nos podrán señalar si se puede hablar de un sistema de partidos más acotado a las regiones o a los municipios con movimientos ciudadanos que logren un perfilo propio al margen del MAS o de los partidos de oposición.
Dadas estas condiciones uno puede caer en la tentación de pensar que dado que la resolución de la crisis fue resuelta favorablemente al MAS, este proceso estuvo exento de búsqueda de consensos, de alianzas con actores estratégicos o de cambios de discurso de parte del MAS. Uno puede pensar que la ideología plurinacional devino en una hegemonía indígena y que el MAS no sólo que no puede sino que no desea ningún tipo de acuerdo con ningún otro sector que pertenezca a su espacio político. No. La historia de la hegemonía masista tiene sucesos donde integra a la clase media, modera su discurso indigenista, se hace conservador y pactario, integra discursos de otros ámbitos coopta y a la vez anula a potenciales adversarios. Por ejemplo, la ley electoral transitoria de abril de 2009 donde lo ideal eran 36 circunscripciones indígenas el MAS propone 15 y se termina aprobando solo 7; las listas de candidatos a la Asamblea Legislativa Plurinacional donde hay una presencia visible de personas de clase media, su intento de acercarse a regiones o más exactamente ciudades donde tiene menos simpatía, etc. O, por último, la forma como acepta la propuesta autonómica, tan vilipendiada antes, y que ahora es su bandera política.
En suma, hoy vivimos un nuevo tiempo político caracterizado por la a) dominio discursivo en el sentido de que hoy los discursos políticos para validarse necesitan hacer uso de elementos como nacionalismo e identidad étnica, b) por la iniciativa política que, al tener mayoría en el congreso hace que tenga también de su parte las iniciativas políticas y c) por su mayoría electoral que lo convierte en el único partido con real presencia a lo largo y ancho del país.
Por su parte, tenemos una oposición dividida, que ante su poca presencia nacional intenta rearticularse desde las regiones. Para ello es necesario que cambie su discurso y sus emisores. Hasta ahora el discurso de la oposición local ha girado sobre todo en la apelación a la dignidad sucrense y a la memoria colectiva en torno a los hechos de la Calancha. De una u otra manera esta apelación tuvo frutos con la candidatura de Savina, sin embargo, es posible suponer que la victoria del MAS en las elecciones presidenciales está mostrando los bordes y límites de un discurso que no puede mantenerse en el largo plazo. Los discursos políticos suelen hacer apelación al pasado, pero a condición de prefigurar el futuro, cuando solo apelan al pasado se estacan y cuando solo apelan al futuro carecen de identidad. El discurso de la oposición habla mucho de muertos pero poco de autonomías, mucho de pasado y poco de futuro. La política es sobre todo prefiguración de futuro que trata de incluir y no de excluir. Cosas elementales pero que muchas veces son olvidadas por quienes pretenden ser los conductores de esta región.
Sucre, enero de 2010
[1] Franz Flores Castro es economista y Máster en Ciencia Política.. Actualmente se desempeña como Docente de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. En coautoría, ha publicado los libros “Cultura Política de periodistas en Sucre” (2004: PIEB) y “Narrativas y políticas de la identidad en los valles de Cochabamba, Chuquisaca y Tarija” (2008: UNIR), así mismo ha publicado artículos en varias revistas y periódicos del país, franzflo@gmail.com, blog: www.cazadecitas.blogspot.com
ESTADO Y SOCIEDAD EN LA VISIÓN DE TRES ANALISTAS
Franz Flores Castro
El año pasado se publicó un interesante libro, Tensiones Irresueltas, (PNUD-Plural, 2009) que recoge una serie de ponencias realizadas en Oxford Inglaterra en una conferencia que, en palabras de uno de los editores, buscaba “juntar algunas de las visiones más claras y coherentes que ofrecen las posiciones en debate” sobre el pasado y el presente de Bolivia. Efectivamente, en el libro están reconocidos intelectuales, unos conocidos y otros no tanto, pero que en conjunto ofrecen una muy buena panorámica de la sociedad, la economía y la política en Bolivia.
En esta reseña nos abocaremos a ofrecer una panorámica sobre los textos que se refieren al tema político (el libro, además, contiene aportes históricos y económicos), en los artículos de tres politólogos bolivianos. Concretamente veremos la reflexión en torno al poder constituyente y poder constituido de Luis Tapia; un análisis sobre la relación estado-sociedad de Georges Gray Molina y un análisis crítico del Estado de derecho y democracia de Franz Barrios Suvelza.
Luis Tapia en su texto La constitución del país y las reformas a la constitución política del Estado, parte del hecho de que la constitución anterior (a la promulgada por Evo Morales se entiende) no recogía la diversidad social, política y cultural del país es decir que “la Constitución Política solo da(ba) cuenta de una parte de la realidad social y política existente y casi no menciona(ba) a la mayor parte de la población” (181). Basado en los aportes del pensador del Marxista Italiano Antonio Negri, propone diferenciar conceptualmente entre poder constituido (instituciones, normas, la CPE en suma) y poder constituyente (sujetos y fuerzas sociales como productores o transformadores de aquella).
Para Tapia, en la década de los noventa se habrían dado cambios en la constitución con reformas, si bien positivas, provenientes de “organismos internacionales y otras agencias estatales de cooperación” (185). Tapia se refiere sobre todo a instituciones que han sufrido un notorio menoscabo en los últimos años: el defensor del pueblo, el tribunal constitucional y las superintendencias sectoriales.
Sin embrago, para este autor, hay otro conjunto de reformas a la constitución que, a diferencia de los anteriores, responden a las demandas del poder constituyente (demandas desde la base), que parten de una crítica al monopolio de la política, a la transnacionalización de la propiedad y el carácter colonial del Estado, que forman los ejes del discurso revolucionario hoy y que tienen a la democracia directa como su forma de organización política. Tapia sostiene que los núcleos de ese poder constituyente están en la Coordinadora del Agua, en los pueblos del oriente y en los movimientos campesinos del altiplano y los valles centrales del país, que son los que derrocan a dos gobiernos considerados como neoliberales.
Tapia se pregunta ¿por qué este poder constituyente no termina por generar un proceso revolucionario, sino por la realización de una Asamblea Constituyente? Tapia sostiene que esto se debe a que por una parte “la democracia representativa está incorporada a la cultura política de los núcleos populares y comunitarios” y la “existencia de un partido de trabajadores en el sistema de partidos que ha servido para canalizar una salida a través de un recambio en el seno mismo del sistema de partidos” (: 188). Sin embargo este hecho no está exento de problemas ya que, en la medida en que el MAS está en el gobierno, esto mismo ha hecho que las redes de movilización no se hayan recreado y desarrollado haciendo que el “poder constituyente esté latente, fragmentado y, podríamos decir, en buena medida fuera de la Asamblea Constituyente”(: 190). Lo que marca las tensiones que surgen cuando los movimientos sociales que por definición no son Estado, están en el gobierno.
La ponencia de Gray Molina, en su Relaciones Estado/sociedad en Bolivia: la fuerza de la debilidad, parte de dos preguntas que buscan polemizar con las posiciones de los intelectuales de la actual izquierda. Una de ellas es: si el estado boliviano es tan débil ¿cómo han gobernado las elites políticas en el siglo XX?, es decir si el Estado representa solo a una parte de la población ¿cómo es que ese estado sobrevivió?. La respuesta, nos dice Gray Molina, es que en la historia de Bolivia existe un pluralismo institucional que, para el caso de la sociedad post-52, hace que el Estado delegue “efectivamente esferas de autoridad y dimensiones de poder a la sociedad civil organizada mediante un mecanismo de institucionalidad múltiple” (: 128) que permite autonomías de facto en niveles locales y regionales de gobierno, que puede llamarse pluralismo institucional o, a la manera de Guillermo O`Donnell, “Estado con huecos”.
Para Grey Molina, esta situación es “una característica estructural del Estado, no una anomalía” (: 138), es un modus vivendi que se ha formado a lo largo de la historia republicana de nuestro país, que permite acomodaciones entre elites de diverso tipo, la acción de entidades no estatales allá donde el Estado no puede llegar o es débil.
Esta situación puede también explicar la otra pregunta de Gray Molina: ¿por qué no prevaleció la política étnica en el siglo XX?, es decir ¿por qué la politización étnica no aparece en los 50 y lo hace en la década de los 90?. Según Grey Molina, en el siglo XIX se habría dado entre el Estado republicano y las comunidades indígenas, una especie de pacto en que el estado se comprometía a no tocar las tierras de comunidad a cambio de recibir el imprescindible tributo. Para este autor, el Estado que nace con la revolución de 1952, habría heredado este sistema de inclusión clientelista corporativo que funcionó, luego, en base al pacto militar campesino, que fue roto abruptamente después de la masacre de Epizana Cochabamba en 1974, año que marca la aparición de partidos de corte étnico, aunque durante muchos años con bajo perfil electoral, ya que los partidos como el MRTK y el MITKA nunca pudieron superar el 3% del electorado.
Procesos como la descentralización municipal, la aparición del discurso de las dos bolivias (la kára y la india) en desmedro de la idea pluricultural de Bolivia, en un contexto de descrédito de los partidos políticos, en la percepción de Gray Molina, llevan a la elección a Evo Morales y a la Asamblea Constituyente como mecanismo de participación directa que, como vimos con Tapia, es la forma de participación política propia de los movimientos sociales.
Otro título es La debilidad del exceso: Democracia desbordada y Estado boliviano de Franz Barrios Suvelza. El artículo parte de una discusión teórica donde polemiza el ensamblaje entre democracia y Estado de Derecho, afirmando que es posible, para el caso boliviano, hablar de un Estado democrático sin Estado de Derecho y, además, sin un perfil liberal” (: 150), estilo de Estado que se caracterizaría por “no blindar ciertos ámbitos dentro del Estado frente a lo democrático y lo político”(: 146).
Para probar esta hipótesis Barrios procede a mostrarnos algunos datos, como el proceso de reclutamiento de personal para la burocracia estatal que no tiene como referente lo meritocrático sino el grado de vinculación y respaldo de los movimientos sociales, bajo la lógica de que ellos son los que deben guiar el proceso de cambio y de escoger a los titulares de los cargos en el Estado.
Otro de los datos que esgrime Barrios, tiene que ver con lo que él denomina el “rango metafísico” (:157) de la Asamblea Constituyente que, en su origen, declaró estar por encima de todos los poderes constituidos lo que le llevó a una serie de contradicciones y a duras tensiones tanto con el poder legislativo como con el tribunal constitucional, cuyo desmantelamiento sería otra de las pruebas de este carácter invasivo de la democracia en ámbitos apolíticos.
Por último Barrios hace un análisis del proyectado “Control social” que, en criterio del autor, condensa la concepción de la superación de la democracia representativa por la democracia directa y la conducción del proceso por los movimientos sociales antes que por los órganos instituidos. Para Barrios, este proyecto se lo piensa como sustituto del Tribunal Constitucional, es decir un poder sobre los poderes, con la notable diferencia de que el Tribunal constitucional es (o era) un organismo apolítico y blindado a la democracia y el control social es una instancia política.
Mi opinión. Pienso que el texto de Tapia es muy útil para comprender la crisis actual del Estado boliviano, su tesis de que la constitución boliviana “pre-Evo” estaba construida de tal forma que no tomaba en cuenta a la otredad indígena de este país no deja de ser interesante. Sin embargo, creo que planteada de manera maniquea y dicotómica no permite ver la realidad concreta de la construcción del Estado boliviano que delega funciones, que negocia una y otra vez su capacidad política, que permite autonomías allá donde no puede llegar o es débil. En ese sentido, la tesis de Grey Molina de un Estado con una pluralidad institucional, parece más cercano a la realidad y más fructífero desde el punto de vista teórico. Por su parte, no deja de ser reveladora la crítica del proceso político actual de Barrios Suvelza, en la que se analiza el desborde de la democracia y se advierte del peligro de un Estado patético sin espacios blindados a la democracia, sin división horizontal de poderes y donde la democracia directa termina por subsumir a la democracia representativa.
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